Pov Jungkook.

Desperté y lo primero que sentí fue una tranquilidad en mi interior, una tranquilidad que jamás había sentido antes.

Miré hacia la ventana, las aves cantaban y los rayos del sol se filtraban entre las blancas cortinas.

—Buenos días Kook —escuché la voz canturreante de Jimin entrando a la habitación y no pude evitar sonreír al verlo acercarse para darme un ligero beso.

—Buenos días —dije con la voz algo ronca por acabar de despertar y sonriéndole de vuelta.

Miré el reloj, aún era temprano, por lo que me hice a un lado y le indiqué a Jimin que se acostara conmigo, él rodó los ojos, sin embargo se coló entre las cobijas para terminar abrazándome, sentí como comenzaba a ronronear y no puedo describir cuan feliz me encontraba.

—Creo que podría quedarme así por siempre —suspiré y sentí el ligero aroma de Jimin mezclado con el mío. Era asombroso.

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—Di "ahh" —dijo Jimin mientras llevaba otra cuchara de esa nieve dulce que tanto amaba.

Habíamos terminado de comer y ahora Jimin se encontraba en mi regazo jugando con la cuchara para después llevarla hasta mi boca.

—Voy a morir de diabetes por tanto azúcar —le dije y Jimin solo rió.

—Eres un exagerado, si fuera así, yo ya hubiese muerto hace mucho tiempo —me dijo para acercarse y darme un beso—. Porque tú eres demasiado dulce.

Sin poder evitarlo me reí junto a él y asentí para volver a unir nuestros labios esta vez en un beso más duradero.

Olvidamos por completo a la cuchara y Jimin rodeó mi cuello con sus brazos, mientras acomodaba sus dos piernas a cada lado de las mías, quedando sentado frente a mi, dándome la posibilidad de poder sentir la suave piel de sus piernas y cintura.

Su boca sabía a la nieve, pero de una manera mucho, mucho más dulce y mejor.

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La tarde la pasamos juntos y abrazados sin ganas de movernos demasiado, por lo que fuimos a la habitación y pusimos algunas películas, aunque siendo sinceros ninguno de los dos prestaba atención.

—Kook, deja de jugar~ —me pidió mientras seguía repartiendo besos por todo su cuello, en especial en la hermosa marca que ahora portaba en él.

Sentía que Jimin se estremecía cada que besaba en ese punto y no había nada mejor que verlo suspirar y chillar por sentir mi toque, además... Sabía que le encantaba gracias a nuestro vínculo.

El hermoso vínculo que por fin nos unía en pensamiento y sentimientos, uno que me alegraba como se escuchaba: nuestro vínculo.

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—¡Llegamos! —escuché como la voz de Mark resonar desde la entrada.

Genial, mis dos días habían terminado demasiado rápido...

Jimin se dio cuenta de mis pensamientos gracias al vínculo y solo sonrió para darme un beso en la mejilla antes de ir a recibir a los chicos. Le seguí segundos después y puede ver como Jackson levantaba los pulgares en señal de haberlo hecho bien.

—Que rápido crecen —lloriqueó Mark y Jimin solo rió junto a los demás.

Solo había un problema... Dongyu no dejaba de ver la marca que Jimin poseía en su cuello con algo de inconformidad. Creo que era obvio que algún día pasaría, su lobo lo reconoce como alguien realmente importante en su vida y al ser un omega, su alfa se siente posesivo, el sentimiento lo entendía muy bien.

Así que con todo el dolor del alma de Jimin, ya era la hora de hacer algo.

—Jackson, necesito hablar contigo en mi despacho.